Pacientes

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Insuficiencia cardíaca


Insuficiencia cardíaca

El término “insuficiencia cardíaca” puede ser algo confuso, puesto que el corazón no falla ni se detiene súbitamente. La insuficiencia cardíaca avanza paulatinamente a lo largo del tiempo, comenzando cuando el corazón está debilitado. El debilitamiento del corazón puede estar ocasionado por distintas razones, entre ellas un ataque cardíaco, hipertensión prolongada, o una válvula cardíaca anormal. En algunos casos, la causa de la insuficiencia cardíaca se desconoce. La insuficiencia cardíaca es una dolencia médica común que afecta hoy a más de veinte millones de personas, número que crece cada año. En un corazón saludable, el bombeo o contracción es un movimiento coordinado. Esto significa que el corazón trabaja eficazmente y bombea sangre suficiente al resto del cuerpo. Un corazón debilitado o lesionado no bombea la sangre adecuadamente, con lo cual no envía al cuerpo toda la que necesita. Para poder bombear la cantidad de sangre adecuada, debe esforzarse más. Esto representa una sobrecarga para el corazón y, para compensarla, sus músculos aumentan de tamaño y a veces aparecen contracciones desorganizadas.

¿Por qué la insuficiencia cardiaca provoca fatiga y debilidad, entre otros síntomas?

En un corazón debilitado o lesionado, en el cual la sangre no circula adecuadamente, los fluidos del cuerpo pueden retroceder y ser absorbidos por diferentes tejidos. La absorción de fluidos en los pulmones es lo que puede causar la tos y la falta de aliento. Si se produce esta absorción en otras partes del cuerpo, aparecen el aumento de peso y la inflamación del abdomen, piernas y tobillos. La falta de sangre oxigenada en el resto del cuerpo provoca la sensación general de fatiga y debilidad.

¿Qué es la resincronización biventricular?

Terapia para la Insuficiencia Cardíaca
El corazón cumple una función indispensable para la vida, es capaz de latir más de 100.000 veces por día bombeando sangre oxigenada y de esta forma, nutrir a todos los órganos y tejidos del cuerpo humano. De las cuatro cavidades en que se divide el corazón, el ventrículo izquierdo es la más importante dado que actúa, como una perfecta bomba de presión.

El músculo cardíaco, se contrae entre 60 y 100 veces por minuto, llegando a superar los 150 latidos en la misma unidad de tiempo, frente a importantes esfuerzos físicos. Durante la contracción, el ventrículo izquierdo eleva su presión interna rápidamente de 0 a 120 milímetros de mercurio o más, con el objetivo de impulsar la sangre a través de todo el árbol arterial del organismo.

Cuando el corazón se enferma (principalmente el ventrículo izquierdo), su función de bomba progresivamente declina y consecuentemente, la capacidad del corazón de alimentar al organismo con sangre rica en oxígeno disminuye, entidad llamada: “Insuficiencia Cardiaca”.

Si bien es cierto, son múltiples las causas que pueden conducir a la insuficiencia cardiaca, las principales son:
1- Infarto Agudo de Miocardio (principalmente grandes infartos)
2- Hipertensión Arterial no controlada o mal controlada
3- Enfermedad de Chagas
4- Enfermedad de las válvulas cardíacas o “Valvulopatías”
5- Enfermedades primarias del músculo cardíaco o “Miocardiopatías”
6- Toxicidad del alcohol sobre el corazón “Miocardiopatía Alcohólica”
7- Enfermedades congénitas, genéticas, etc.

Cuando se instala la insuficiencia cardíaca, el corazón estructuralmente se comienza a dilatar y a incrementar su tamaño (agrandamiento cardíaco “corazón grande”). Paralelamente, sus movimientos, pierden su sincronía y la coordinación entre ambos ventrículos izquierdo y derecho).

Desde el punto de vista clínico, el paciente presenta fatiga, falta de aire, cansancio ante mínimos esfuerzos e incluso en los cuadros más graves, cansancio en reposo. Otras manifestaciones que incluye la enfermedad, son: hinchazón (edemas) de los miembros inferiores, congestión pulmonar (edema pulmonar), pérdida de peso, insomnio, etc. De no recibir tratamiento efectivo, el paciente ve progresivamente invalidar su vida pudiendo en estadios avanzados de la enfermedad, llegar a la muerte.

Según la organización mundial de la salud (OMS), hay en el mundo más de 23 millones de pacientes portadores de esta enfermedad y en forma anual, se detectan 2 millones de nuevos casos en todo el mundo. El pronóstico y posibilidades de sobrevida de un paciente con Insuficiencia Cardiaca Severa y refractariedad al tratamiento médico (sin respuesta a los medicamentos y frecuentes internaciones para compensación), es comparable al pronóstico del cáncer o del SIDA.
A pesar de los continuos y persistentes intentos que realiza la ciencia para tratar efectivamente a estos pacientes, muchos de ellos deben recurrir a la realización de un transplante cardíaco para salvar sus vidas. Sin embargo, la insuficiente cantidad de donantes, torna muchas veces dificultosa la obtención de un órgano compatible.

Frente a este cuadro de situación, resulta especialmente alentador el advenimiento del siguiente recurso terapéutico. La Resincronización Biventricular, consiste básicamente en una forma más evolucionada y compleja del marcapasos cardíaco que permite la estimulación simultanea en ambos ventrículos devolviendo la sincronía en la contracción (arrebatada durante la evolución de la enfermedad) y a través de esta, mejorar la función cardiaca.

Los marcapasos convencionales, han sido y son utilizados ampliamente desde hace muchos años para aumentar artificialmente las pulsaciones del corazón. Su principal indicación, son aquellas condiciones o patologías que se acompañan de baja frecuencia cardiaca (menos de 50 latidos por minuto), llamadas “bradicardias”. Los marcapasos consisten de un generador (batería de litio) cuya durabilidad en la actualidad, se aproxima a los 10 años. El generador, esta acompañado por uno o dos catéteres muy delgados que se introducen por una vena y son llevados hasta la pared interna del corazón (aurícula y ventrículo derecho), donde quedan alojados. Un minúsculo impulso eléctrico producido automáticamente por el marcapasos estimula a través de estos catéteres al miocardio y produce los latidos necesarios cuando el dispositivo detecta que el corazón está latiendo muy lentamente, o no está latiendo.

Los marcapasos pueden ser unicamerales (solo un catéter en el ventrículo derecho) o bicamerales, dispositivos más elaborados que tienen dos catéteres (uno en la aurícula derecha y otro en el ventrículo derecho).Este último tipo de marcapasos, reproduce con mayor fidelidad la fisiología del corazón normal.

Los resincronizadores biventriculares incorporan un tercer catéter, que permite alcanzar y estimular al ventrículo izquierdo. Como se hizo notar previamente, este ventrículo es el sector del corazón más comprometido en los casos de “Insuficiencia Cardíaca”. El objeto de la estimulación con este tercer catéter, es “resincronizar” el desordenado movimiento del músculo cardíaco y hacerlo más eficiente en su función de bomba.
El acceso al ventrículo izquierdo, se logra introduciendo el catéter en una importante vena del corazón llamada “seno coronario”. Es precisamente, la localización de este sistema venoso y la posterior introducción, desplazamiento y posicionamiento del catéter en su interior, el paso más importante durante el implante de un resincronizador. El éxito en este procedimiento, condiciona y determina la exitosidad de toda la técnica de resincronización.
Nuestro país, es pionero en Sudamérica y segundo en todo el continente luego de los EE.UU, en la utilización de esta tecnología.

La aplicación de estos dispositivos, ha demostrado en estudios llevados a cabo en los EE.UU y Europa, poder mejorar la función del corazón, la tolerancia por el esfuerzo y la calidad de la vida a pacientes con insuficiencia cardiaca severa.
Se estima que aproximadamente un 40% de estos pacientes, corren riesgos de padecer episodios de taquicardia o fibrilación ventricular y / o de experimentar una muerte súbita cardiaca. Un avance significativo de estos dispositivos, es la de asociar en algunos modelos, un cardiodesfibrilador implantable. Esta propiedad, salva numerosas vidas al permitir el tratamiento de las arritmias ventriculares malignas y la prevención de la muerte súbita cardiaca.